Juan de Dios Ramón Gómez

Ministro de Hacienda (1865–1866)

Juan de Dios Ramón Gómez (Montevideo, 8 de marzo de 1822 – Montevideo, 25 de marzo de 1895) fue una figura clave en la consolidación del sistema económico uruguayo en el siglo XIX. Afiliado al Partido Colorado en su juventud, desempeñó un papel protagónico en el gobierno de Venancio Flores tras el triunfo de la Cruzada Libertadora, cuando asumió el Ministerio de Hacienda el 25 de febrero de 1865, en uno de los momentos más críticos de reorganización del Estado.

Durante su gestión, que se extendió hasta el 13 de febrero de 1866, debió enfrentar las secuelas económicas de años de guerra civil, conflictos regionales y el debilitamiento de la estructura fiscal. Desde el Ministerio, Gómez encabezó esfuerzos para normalizar la administración de los recursos del Estado, mejorar los sistemas de recaudación y controlar el gasto público. En un contexto marcado por la necesidad de restaurar la confianza financiera, se enfocó en reordenar el aparato fiscal y sanear las cuentas públicas, sentando bases para una economía más estable.

Gómez debió actuar con pragmatismo frente a un Estado con limitadas capacidades institucionales y fuertes tensiones políticas. En este sentido, su conducción buscó el equilibrio entre los compromisos asumidos por el gobierno de Flores y las urgencias del país, procurando asegurar recursos para sostener la administración pública y estabilizar la moneda nacional.

Tras su paso por Hacienda, fue elegido diputado por Montevideo en 1868, aunque renunció poco después en un gesto de protesta, aduciendo que el Parlamento carecía de la capacidad necesaria para responder a las verdaderas demandas nacionales. Posteriormente, ocupó el cargo de senador por Tacuarembó en 1873, y fue designado Ministro de Gobierno por el presidente José Ellauri. Su carrera política sufrió un abrupto giro cuando, tras el golpe de Estado de 1875, fue exiliado por el régimen de Pedro Varela rumbo a Cuba, junto a otros miembros del sector llamado “principista”.

Apartado de la política activa, Gómez se volcó a causas sociales y edilicias. Fue primer presidente de la Asociación Rural del Uruguay, impulsor del Asilo de Huérfanos fundado en 1887 y coautor del Reglamento del Hospital de Montevideo. Participó activamente en la Comisión Nacional de Caridad, dejando un legado duradero en el campo del bienestar social.

Falleció en Montevideo el 25 de marzo de 1895, dejando tras de sí una trayectoria pública marcada por el compromiso con la reorganización del Estado, la moral pública y el desarrollo de instituciones económicas y sociales fundamentales para el país.